Uno de los hombres más ricos del pueblo, don Valeriano es un conservador. Antes de convertirse en alcalde del pueblo, trabajaba para el duque, intentando proteger los intereses de este. Don Valeriano tiene unas ideas anticuadas acerca de la clase y el orden social y no acepta los resultados de las elecciones democráticas, creyendo que los nuevos concejales —de la clase obrera— son inferiores. De hecho, cuando los republicanos son reelegidos, desaparece y no vuelve hasta el estallido de la guerra civil. Más tarde, intenta convencer a Mosén Millán de que denuncie a Paco e incluso anima a los señoritos a matar a sus enemigos políticos. Don Valeriano desempeña un papel importante en la intensificación de la violencia e incluso admite su culpabilidad respecto a la muerte de Paco cuando ofrece pagar la misa de réquiem.