“La casa de Bernarda Alba” Federico García Lorca"

http://www.vicentellop.com/TEXTOS/lorca/La%20casa%20de%20Bernard a%20Alba.pdf

- Pag. 13,14

Martirio:
Es preferible no ver a un hombre nunca. Desde niña les tuve miedo. Los veía en el corral uncir los bueyes y levantar los costales de trigo entre voces y zapatazos, y siempre tuve miedo de crecer por temor de encontrarme de pronto abrazada por ellos. Dios me ha hecho débil y fea y los ha apartado definitivamente de mí.
Amelia:
¡Eso no digas! Enrique Humanes estuvo detrás de ti y le gustabas.
Martirio:
¡Invenciones de la gente! Una vez estuve en camisa detrás de la ventana hasta que fue de día, porque me avisó con la hija de su gañán que iba a venir, y no vino. Fue todo cosa de lenguas. Luego se casó con otra que tenía más que yo.
Amelia:
¡Y fea como un demonio!
Martirio:
¡Qué les importa a ellos la fealdad! A ellos les importa la tierra, las yuntas yuna perra sumisa que les dé de comer.
Amelia:
¡Ay! - (Entra Magdalena.)
Magdalena:
¿Qué hacéis?
Martirio:
Aquí
Amelia:
¿Y tú?
Magdalena:
Vengo de correr las cámaras. Por andar un poco. De ver los cuadros bordados en cañamazo de nuestra abuela, el perrito de lanas y el negro luchando con el león, que tanto nos gustaba de niñas. Aquélla era una época más alegre. Una boda duraba diez días y no se usaban las malas lenguas. Hoy hay más finura. Las novias se ponen velo blanco como en las poblaciones, y se bebe vino de botella, pero nos pudrimos por el qué dirán.
Martirio:
¡Sabe Dios lo que entonces pasaría!